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La terapia Morita para tratar los problemas de salud mental en Japón

En la entrada Influencia de los rasgos culturales de la sociedad japonesa en los problemas de salud mental se veía cómo la manera de entender los problemas de salud mental son diferentes en la sociedad japonesa dado que tienen una manera significativamente distinta de ver al individuo.

En esta entrada describiremos brevemente una terapia que se ha desarrollado teniendo en cuenta estas particularidades y que se puede usar para cualquier tipo de paciente.

Se trata de la terapia Morita, desarrollada por Masatake Morita (también conocido como Shōma Morita), que fue un psiquiatra contemporáneo de Freud y que desarrolló una rama de la psicología clínica fuertemente influenciada por el budismo Zen

Para Morita, la pregunta clave que debe hacerse toda persona que sufre estrés o cualquier emoción negativa sería: ¿Qué debo hacer ahora?

Su terapia se basa en el apego mental, llamado en el budismo Zen toraware, es decir, apego mental que bloquea la energía y provoca rigidez mental. Para contrarrestar este apego se debe desarrollar arugamama, es decir, la capacidad de experimentar las cosas “tal cual” y abrazando la realidad.

Por eso, según la terapia Morita, tener ansiedad no es un problema. El problema se crea cuando nos preocupamos por tener ansiedad. El considerar que una de nuestras emociones no es apropiada no nos ayuda en absoluto. El tratamiento, por lo tanto, se debe centrar en enmarcar la ansiedad dentro de deseos constructivos, estados de felicidad, significado de nuestras acciones y consecución de metas.

El objetivo es ayudar al paciente para centrar su atención en su vida, y ayudarle a elegir determinadas acciones a pesar de que sienta ansiedad u otros sentimientos negativos. Hay que reequilibrar y movilizar las capacidades de sanación internas de los sujetos. También hay que despertarles intereses que vayan apareciendo en su vida de manera progresiva.

Ideas principales del método Morita

La idea principal del método Morita se puede resumir en tres afirmaciones: acepta tus sentimientos, conoce tus propósitos y haz lo que tengas que hacer.

Al aceptar los sentimientos, y no evitarlos o ignorarlos, los acogemos como parte de nosotros. Hay quien recomienda decirnos a nosotros mismos frases del tipo: “Hola tristeza, ¿cómo estás hoy?”.
Hay que ver a nuestras propias emociones como algo saludable y generoso con nosotros. Cuando hacemos esto, las dejamos actuar y al final acaban desapareciendo.

En cuanto a conocer el propósito, Morita consideraba que no podemos controlar nuestras emociones, igual que no podemos controlar el clima. Lo que podemos y debemos hacer es establecer bien nuestros objetivos para saber qué hay que hacer en cada momento.

Por último, considera que cuando se sabe lo que hay que hacer se debe hacer. El conocimiento se adquiere a través de la experiencia directa.

Técnicas del método Morita

Las técnicas principales que se aplican en este método son:

▪ Detectar las trampas o círculos viciosos que aparecen en nuestro pensamiento, que lo hacen poco flexible y que nos lleva a querer controlarlo todo, pero que nos acaba atrapando.

▪ Reinterpretar los síntomas de manera positiva. Por ejemplo, si estamos ansiosos puede que sea porque tenemos muchas ganas de hacer algo. En este caso, lo correcto es determinar qué queremos hacer y no tratar de reprimir o controlar esta ansiedad. Si estamos deprimidos es porque quizá hay algo en nuestra vida que quisiéramos cambiar. Es una buena oportunidad para plantearnos qué debemos hacer para conseguir el fin propuesto.

▪ Hay que dejar de tener como objetivo el reducir el sentimiento negativo. Al contrario, hay que aceptarlo y acogerlo con gratitud.

▪ Hay que distanciarse del toraware, de la trampa que supone el “yo” y las preocupaciones mentales, y conseguir arugamama, es decir, la aceptación intuitiva del yo y de la situación.

▪ Algunos clientes consideran que lo que hacen es para complacer a una especie de audiencia interna. Por el contrario, debemos centrar nuestra atención en las necesidades de los demás y de la comunidad.

▪ Los terapeutas deben mostrar a los sujetos cómo dejar de prestar atención a los síntomas y empezar a implicarse en las acciones que se van a realizar.

Fuente de información

Llewelyn, S., & Shimoyama, H. (2012). Working with CBT across Cultures in Clinical Psychology with Particular Reference to Japanese Clinical Psychology. Japanese Journal of Clinical Psychology, 12(3), 415-421.

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